... en mi piel seguía impregnada la sal de mi tierra, el recuerdo de la arena, el murmullo de las olas… todo lo que hago huele a Mar.
Mi nombre es Josefina de la Torre. Nací
hace mucho tiempo, en 1907, en un lugar
muy lejos de aquí…. En una isla soñada,
una piedra
negra rodeada de mar (…)Rememorar la niñez es mezclar
los recuerdos con los sueños… se me vienen
imágenes bañadas por la bruma… instantes
precisos que ocupan un lugar en la
memoria y un hueco en el alma. Un rostro,
aquel
rostro, un vestido
de un determinado
color, aquel vestido. La cubierta de un
barco y la mano de mi padre que me
sujeta…
un sombrero de plumas, una mano
que me acaricia antes de ser besada, mi
primer juguete, la sonrisa de mi madre….
Con 13 años publiqué
por primera vez en
una revista
literaria, con 20 mi primer libro
de poemas, “Versos y estampas” se llamaba.
Y en 1920 me fui a Madrid a buscar el mar
que se escondía en el asfalto. Y allí
encontré a mi nueva familia, tantos amigos
de la Residencia de Estudiantes. Generación
del 27 nos llamaban…. Rafael Alberti,
Lorca, Pedro Salinas. Fue él, Salinas, quien
se dio cuenta de que en mi piel seguía
impregnada la sal de mi tierra, el recuerdo
de la arena, el murmullo de las olas… Por
eso me bautizó como la muchacha-isla,
porque todo,
inevitablemente todo lo que
hago,
huele a MAR.
Noches...
Noches sobre la playa: rumor de orilla fresca.
Blanco batir de remos que la sombra sorprende.
Sobre la barra grande los hachones de pesca,
y un cuerpo perezoso que en la arena se tiende.
En lo alto de la Isleta el faro gira y gira.
Un denso olor a algas... Venus, la Osa Mayor...
Rasguea una guitarra. Una mujer suspira.
La brisa trae aromas de madreselva en flor.
Y en las noches de luna, sentados en la acera,
al ritmo melodioso de una antigua habanera
lánguida y cadenciosa con su aire dulzón,
evocar las figuras de la memoria mía
(los padres, el hermano, Dolores y María)
envuelta entre los pliegues de un viejo pañolón.
Noches sobre la praia, rumor de orilla fresca, noches de luna... sensações que a memória acolhe, ciosa do tempo passado e pelo que há-de vir, medida inexorável da cadência dos dias.
E se eu me perder por entre lauráceas na curva do caminho e os meus pés esmagarem as suas folhas, sei que o seu perfume me servirá de guia e voltarei a encontrar o Mar.
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1ª imagem e texto "Mi nombre es Josefina..." retirados de - aqui - Tema:Poemas visuales - Una Josefina de la Torre del siglo XXI
2ª imagem (pormenor de Gran Canaria) retirada de - aqui
Poema: Noches, Josefina de la Torre, de - aqui
3ª imagem: Gran Canaria - Bosque de laurissilva, de - aqui
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Ciclo Macaronésia